jueves, 24 de abril de 2014

Los senderos de la memoria... de Mamá

  


 El entorno donde se asientan las raíces de mamá es bellísimo. Ella y sus compañeros
fueron de senderismo hace unos días, recorrieron la Pata del Caballo, entorno natural de media montaña situado al norte del municipio y constituye parte de las estribaciones de sierra morena. Es una zona boscosa  de suelos pizarrosos que resultó gravemente dañada, en el incendio forestal del verano 2004.

              Históricamente el municipio no ha sabido explotar convenientemente sus potenciales y recursos naturales.

             El núcleo forestal de La pata del Caballo, pesa sobre ella una mala gestión en la ordenación de los recursos naturales. A excepción del aprovechamiento cinegético que se concede a una sociedad de caza y algunas instalaciones de colmenas, no hay una autentica producción sobre los recursos potenciales de este territorio forestal en cuanto a maderables, silvícolas, piña y otros frutos o pastos para el ganado. Si bien existe extracción de corcho en pequeñas cantidades que se comercializa a través de una cooperativa del pueblo vecino, muy por debajo de las posibilidades del entorno.

          Tampoco se han invertido decididamente  nunca en ofertas de ocio y entretenimiento tales con educación ambiental o el turismo rural.

          Esta información no es mía, ya sabéis mis escasos recursos en biología, solo tengo un máster
que papá me pago en Nueva York de “ comuniqueishion “y organización de empresas estrafalarias.

          Mi tío Chema experto biólogo, amante de todo bicho y matojo viviente y uno de los participantes en el senderismo es quien me ha pasado la información. La expedición la componían
compañeros de las actividades de mamá que como ella son extraordinariamente raros por sus gustos
y pasiones, andan ahora preparando un libro basado en los senderos de la memoria, si señor,  buen titulo sobre todo para mamá ,(creo que para ella es una terapia para poner remedio a la suya). En el evento perdió su mochila de supervivencia, se puso unas botas de andar por la hacienda, que no era precisamente impermeables, olvidó el anorak y se fue de excursión ,”al barranco del chacho”. Trepó a una cancela y a punto estuvieron de llamar a los bomberos para bajarla, perdieron la orientación, llegando al almuerzo cuando toman el te los ingleses.

        Cuenta que se lo pasó genial, no lo dudo... No, Alejandro del Bosco no fue, él es mas de senderos de pasarelas y los rojos les produce urticaria, fueron Lidia, chica mona y organizada, apasionada en todo lo que emprende pero con el mismo sentido de la orientación que mi madre, Félix el historiador del grupo que te trasporta a otras historias con la facilidad que tiene un excelente comunicador. Los demás componentes del senderismo eran tan extraordinariamente únicos que dos de ellos no hablaban.  Mi tío Chema y Josema, chico joven con avidez por aprender con la curiosidad que da la juventud, abandonaron por temas profesionales y personales la expedición , Félix, Lidia y los silenciosos, amenizados por un experto en la Naturaleza humana y de la otra, hombre comprometido con el entorno. Los trasportó con la ayuda de Félix a la historia de los guerrilleros, sus aventuras y desventuras en un lugar extraordinariamente bello e inhóspito que los llevó a refugiarse, los acontecimientos del año 36 cuando Franco dio el golpe de estado a la República y la posterior represión y aniquilación de todos aquell@s asesinados, perseguidos, torturados, donde sus memorias gritan Justicia. Esto sí es de mi cosecha. Vivir con una madre roja unos amigos anárquicos aunque ellos no lo saben, un padre anti sistema, en una hacienda que funciona como una comuna. Mamá siempre quiso ser hippie por eso se casó con mi padre, un juez inmaduro, mujeriego, atractivo a rabiar ,que vive en una jaima con su novia Karmita en la hacienda de mama.

            La sencillez como habéis podido comprobar nos desborda.





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