martes, 6 de mayo de 2014

MI AMIGO ENRIQUE...


Cuando era niña me encantaba jugar al escondite con mi hermana y mis amigos,es un juego
que atrae a casi todos los niños, tanto pequeños como ya mas mayorcitos mis amigos y yo nos encantaba jugar en casa de la tía de Alejandro y lo hacíamos de lo mas elaborado,llegándonos a esconder en los sitios mas inverosímiles de la casa y del corral. Al ser la mas pequeña mi sitio favorito era debajo de la ropa camilla o detrás de las cortinas . Me pasaba un gran rato oculta porque todos sabían de memoria mi escondite y no se molestaban en buscarme(creo recordar que me comía la merienda ahí abajo).


Mas de una vez nos costo la regañina de Doña Encarnita tía de Alejandro. Recordábamos la otra tarde mi amigo Enrique y yo aquellas tardes de juegos infantiles, donde las situaciones berlanganianas se sucedían por el Cautivo a tamaño natural que tenia la tía de Alejandro con altar y todo presidiendo el primer portal de una casa grande para el deleite nuestro y de nuestros juegos,las regañinas de la dueña para que no cayéramos al santo y lo respetáramos, nosotros obedientemente para seguir jugando cada vez que que pasamos por delante del Cautivo genuflexion que nos marcábamos con una comicidad ritual de nuestros años infantiles y la complacencia de una solterona, que adoraba a sus sobrin@s.

Dicen los expertos en psicología infantil. Los mejores juguetes son los amigos. Con ellos poco mas, inventaran las mejores aventuras y se entrenaran en las habilidades sociales y la negociación.

Cualquier cosa se puede convertir en cualquier otra, pero hay algunos juguetes que no pueden faltar por lo menos en la infancia que yo recuerdo, telas para disfrazarse, muñecos y cosa para la cocina, todo ello lo reunía la casa de Doña Encarnita.

Doña Encarnita, doña por ser mayor y Encarnita porque era soltera, entera y con dinero reunía todos los requisitos que el pueblo de mamá se daba para vestir santo y ella los vestía.

Se quedo soltera porque se enamoro de un alforjero trabajador por cuenta ajena en el campo,pero ella niña bien y con posibles tenia vetado poner sus ojos virginales en alguien que no le convenía según las estrictas normas entre ricos y pobres,de costumbres medievales hasta casi entrados los setentas del siglo pasado,en el pueblo de mamá, le juro al alforjero de ojos profundo y bien dotado físicamente, que jamas seria de nadie, si no era de el, se lo dijo en el brocal del pozo, donde broto su amor y se ahogo por el imperativo del que dirán...

Desde entonces dedico su vida a vestir santos,de hecho ya sabemos que uno vivía con ella, regalo de un imaginero, agradecido por los encargos en la parroquia, que ella generosamente pagaba.

Me recordaba Enrique los escenarios de nuestros juegos infantiles como solo el sabe hacer ya que es uno de los coautores de la radionovela “Yeny del Rocio, una joya en la Marisma” y la inigualable “Los hombres de Mesa”, basada en un guion original de acción sobre las aventuras y desventura de unos municipales que cuando llegaban a los escenarios de los acontecimientos delictivos ya estos habían prescritos.

Enrique y su genial sentido del humor me contó como le llego su vocación en una de aquellas tardes de juegos cuando acercándose Semana Santa , como todos los niños, imaginaba ser costalero metiéndose debajo del Cautivo de la tía de Alejandro y sin voz de Capataz fue poco a poco por aquella casa enorme debajo de la falda del Cautivo, sin ver nada hasta que oyó una voz que gemía del placer mas absoluto que decía: -¡Aquí esta tu sierva as tu voluntad conmigo Señor!. Detras de aquellas palabras Enrique escucho un porrazo sordo y por debajo de la túnica del cautivo vio a Doña Encarnita tendida en el suelo en un éxtasis semiinconsciente.


Comprendió que esta vez la había hecho mas gorda de lo habitual, puso al cautivo en su sitio.

-¿Y...? -Pregunte.


-Desde entones sentí su llamada y mi vocación sacerdotal. Uno de los primeros sacramentos que hice fue a Doña Encarnita en su lecho de muerte la unción de enfermos Lola pidiéndome un ultimo deseo para que lo cumpliesen sus sobrinos.

-¿Cual?.

-Lo que tenían que poner en su lapida “Aquí yace Doña Encarnita Lujan de Lastre que murió Virgen y no por gusto”

-Noooooo Enrique no es el ex fraile DJ.




No hay comentarios:

Publicar un comentario