domingo, 26 de febrero de 2012

Y ... OTROS CUENTOS.





A  mi me encanta Caperucita pero mi Caperucita nunca fue roja, ni la engaño el lobo, ni le llevaba a su abuelita la merienda, Caperucita tenia mucha mala leche, explotaba a el lobo, contrato a una peruana sin dar de alta para que cuidara a su abuelita, mientras ella se marchaba de sophin y se enredaba a un canadiense, con el que hizo algunos negocios, lo dejo arruinao y creo que era el supuesto leñador, que perseguía no al lobo, sino a ella, por manipuladora y estafadora, habiéndolo dejado con lo puesto.
  Lo único cierto del cuento es que llevaba una capa roja monísima de loewe, la canastita era en realidad un bolso exclusivo de Luis Vuiton.
  Si se  sentía perseguida por el lobo, no era para comérsela, tenia problemas bucodentales y visitaba con asiduidad al dentista, cierto es que lo tenia loco la capa roja que ella le enseñaba la muy mala, a modo de capote citándolo para que envistiera, a él le gustaba la capa pero no estaba tan loco como para liarse con Caperucita.
   Como el bosque era espeso y suyo (de Caperucita) lo arraso, talo los arboles, extermino a los animalitos, haciendo un campo de golf y secó el rio que pasaba por allí, regando el césped...

Las ardillas la denunciaron por prevaricación, ya que al cortar los arboles la desahuciaron dejándola sin hogar, los pájaros le hicieron una protesta, cagandose en su monísima capa, los siervos se metieron de ocupa en la casa de su abuelita, las hormigas hicieron túneles subterráneos jodiendole el campo de golf, los peces del rio mutaron porque ya sabemos que la supervivencia hace cosas muy extrañas, el cazador canadiense se fugo con la peruana y anda descifrando el calendario maya. El lobo lavo la capa y con ella puesta anda de colaborador en “sálvame de esta vida que de la mía me salvo yo”.
  Y ustedes me preguntaran ¿y Caperucita? … ese…  es otro cuento.